lunes, 2 de abril de 2012

Las malas hierbas





Alain Resnais ha colaborado estrechamente con una gran variedad de escritores a los largo de su dilatada carrera de más de 60 años. Sin embargo, hasta “Las malas hierbas” no había trasladado al cine ninguna novela ya publicada. La nueva película del gran director francés esta basada en “L’incident”, de Christian Gailly, un autor que fue saxofonista en su juventud, y que esta considerado como uno de los renovadores de la literatura francesa de los años 80.
Pero “Las malas hierbas” tiene poco de adaptación literaria al uso. Se trata de una comedia romántica, pero a la vez irónica, donde el azar se convierte en el principal motor de la narración, y el color en su fuerza impulsora. Es por azar que George encuentra el billetero que le robaron a Marguerite al salir de la tienda de zapatos, y también es por azar que ella sea aviadora como Helene Bouchen, la pionera de la aviación francesa, por quien  George siente una gran admiración heredada de su padre.
En el fondo “Las malas hierbas” es una película que habla del “deseo de deseo”, del deseo  que nace en George antes de conocer a Marguerite y hablar con ella por teléfono, y del deseo que la arrastra a ella a no poder resistir la tentación de llevar a cabo acciones irracionales en lo que puede considerarse como una carrera hacia el error. Un ir resquebrajando las rutinas habituales a la manera de esas malas hierbas que consiguen crecer en medio del asfalto y que devienen la imagen recurrente del film.
Así, a sus 90 años, Alain Resnais nos ofrece con “Las malas hierbas” un gratificante ejercicio de libertad y modernidad cinematográfica, además de uno de los carteles publicitarios mas bellos y sugerentes que se han visto expuestos en una sala de cine en muchos años.