Las mujeres constituyen el eje principal del cine del
francés Benoit Jacquot, aunque en su última película, “Adios a la reina”, esta
característica adopta una forma más clásica que en su anterior film, “Villa
Amalia”.
Al fin y al cabo, de lo que aquí se trata es de
retratar, por enesima vez, la Revolución
Francesa , pero no desde la óptica del incendiario pueblo,
sino desde el bando opuesto, el de la inconfundible opuléncia de Versalles.
Así, Jacquot nos sirve en bandeja de plata una aproximación
a la historia que le da mil vueltas al retrato acido y hasta rockero de Maria
Antonieta que nos ofreció Sofia Coppola en el 2006.
Aquí, mediante la cándida mirada de una joven huerfana de
padre y madre, que trabaja como lectora al servicio de la reina de Francia, interpretada magníficamente por Lea Seydoux, asistiremos al desplome de
un mundo donde los pobres ejercen de siervos para poder comer, y donde el
pánico se expande por la corte de los ricos tras la Toma de la Bastilla y el inició de la Revolución Francesa.
Además, Jacquot, muy inteligentemente, introduce en su
relato una de las grandes habladurias de la época: el lesbianismo de Maria
Antonieta y su relación con la condesa Gabrielle de Polignac. Tema este que remarca insinuando el amor incondicional que
la sirvienta y lectora parece sentir
hacia su ama, aunque dicha relación sea solo la excusa que utiliza para vagar
por los pasillos de aquella maravillosa jaula en la que la mente humana podía
desvincularse de cosas tan tontas como la realidad, convirtiendo a la persona
en lo que son los personajes de esta cinta: fantasmas de lo que fueron.
Quizás el gran problema de la película sea el hecho de
que cuesta comprender si la verdadera intención del director es narrrar las
vivencias de Maria Antonieta en sus últimos dias en la corte o, por el
contrario, prefiere explicarnos el contexto revolucionario.
Con todo este material es de lamentar que el cineasta
parisino se de excesiva prisa en terminar una historia que, cuando aparecén los
titulos de credito, parece quedar en el limbo.