lunes, 16 de julio de 2012

El hombre inquieto


Es indudable que la novela policiaca está viviendo unos años de gloria en Suecia y Henning Mankell (Estocolmo 1948) es el principal “culpable” de ello. Autores como los archiconocidos Stieg Larsson, Camilla Lackberg o Assa Larsson han seguido su estela de éxito. Aunque después de haber leído la bibliografía de todos ellos   he podido comprobar que Mankell  está a años luz de los demás.
El motivo es que Mankell, a principios de los 90, creó un personaje inolvidable, el inspector Kurt Wallander, que rompió completamente con el perfil del investigador tradicional.
Así, Wallander se perfila libro tras libro como un  antihéroe solitario y melancólico que tiene una vida caótica y una relación anómala con su hija y con su padre, pero  que a la vez es un investigador inteligente y perspicaz capaz de resolver casos inverosímiles, pero también capaz de involucrarse psicológicamente en ellos.
Los libros de la serie, 10 en total, fueron apareciendo de forma alterna en España, pero creo que la mejor manera de leerlos es por orden cronológico porque, aunque las tramas son independientes, la vida de Wallander evoluciona a lo largo de los libros, tanto en lo que a su carácter se refiere , como en  las relaciones con todas las personas que le rodean.
La mayoría de las novelas empiezan con crímenes muy crueles cometidos en la región sueca de Escania,al sur del país, que muchas veces guardan relación con hechos históricos más o menos cercanos en el tiempo y el espacio. El apartheid sudafricano, el suicidio de una secta de Guyana, la criminalidad en Letonia…
Mankell creo a Wallander sin un pensamiento político propio, ignorante de la historia próxima de Suecia, quizás para permitirnos descubrir a través de sus ojos los dilemas a los que se enfrenta la sociedad sueca actual: su pasado en la Segunda Guerra Mundial, no tan neutral como se ha  dado a entender, la impunidad de la que gozan sus élites económicas y sociales, el racismo, la brutalidad sin sentido de los adolescentes, la violéncia de género  o los recortes de presupuesto de un departamento de policía que muestra como el sueño de la sociedad del bienestar se resquebraja con el paso del tiempo.
Pero Suecia forma parte del mundo y Mankell del universo de la novela policiaca. Lo mismo que  su famoso personaje, Kurt Wallander.
Como único punto débil de la serie debería remarcar que las traducciones al castellano, por lo general, dejan bastante que desear, aunque la solidez de las historias actúa como buen contrapeso de esas deficiencias.
No digo nada más. Solo les aconsejo que si quieren disfrutar de buenos momentos  lean a Mankell,  lean  a Wallander. No se arrepentirán.



jueves, 12 de julio de 2012

Perdidas en la Edad Media





El asesinato público de una mujer en Afganistán, acaecido hace solo unos dias, ha vuelto a poner de relieve la brutalidad y el primitivismo de sectores de ese país, pero sobre todo ha demostrado la debilidad o poca consistencia de los avances logrados por la ocupación occidental desde el desalojo de los talibanes en el ya lejano 2001.
Existen imágenes gravadas del suceso a través de un mobil y realmente son macabras y demoledores, hieren hasta en lo más profundo del alma.
El fusilamiento se produjo en una aldea de Parwan, a menos de cien kilómetros de Kabul.
Varias decenas de hombres sentados en el suelo o instalados sobre los techos de las casas vecinas observan a una mujer, cuya silueta se adivina bajo una tela grisácea. Está de espaldas, sentada sobre sus talones.
“Esta mujer, Najiba, hija de Sar Gul, hermana de Mustafa y esposa de Juma Khan, se escapó con Zemarai. No se les ha visto en el pueblo durante un mes” pronuncia un barbudo en presunción de juez. “Por fortuna, los muyahidines los han atrapado. No podemos perdonarlos. Dios nos dice que acabemos con ella. Juma Khan, su marido, tiene derecho a matarla”.
Entonces alguien entrega un Kalashnikov a un hombre vestido de blanco que la apunta desde unos dos metros y dispara. Más de 10 veces. Incluso después de haberle alcanzado la cabeza. Los asistentes corean “Dios es el más grande” y “Larga vida al Islam”.
A pesar de que el presidente afgano, Hamid Karzai, un hombre de paja de los Estados Unidos, calificara el crimen de “odioso e imperdonable”, el gobierno no tiene ni la capacidad, ni la voluntad de aplicar las nuevas leyes que rigen en el país. A pesar de sus buenas palabras, Karzai sigue apoyándose en los antiguos señores de la guerra y otros extremistas para mantener el poder.
Tras el derribo del régimen talibán, la nueva constitución afgana estableció la igualdad de “todos los ciudadanos ante la ley” sin diferencias entre hombres y mujeres. En consecuencia, las afganas pueden votar en las elecciones, ser candidatas y servir en cualquier cargo oficial. Las nuevas autoridades también suprimieron la obligación de que tuvieran que cubrirse con el burka para salir a la calle. También se creó un Ministerio de Asuntos de la Mujer para impulsar proyectos que ayuden a su desarrollo.
Sin embargo, esos avances sobre el papel apenas se han trasladado a la sociedad en las ciudades. Muchas familias, sobre todo en las zonas rurales y en los confines más remotos de un país rodeado de montañas, aún limitan la libertad y la participación en la vida pública de sus madres, esposas, hijas y hermanas. Todavía son frecuentes los matrimonios forzados con niñas menores de 16 años y en algunas regiones se niega la educación básica a las niñas.
La ausencia del Estado en amplias zonas del país hace imposible imponer ciertos derechos o extender el sistema de justicia, lo que deja a las poblaciones locales a merced de los talibanes u otros grupos armados.
Aún así, lo peor de todo sigue siendo la violencia. En un país que ha encadenado guerras desde hace cuatro décadas, es una lacra institucionalizada. Según la ONG Oxfam, el 87% de las afganas declaran haber padecido violencia física, sexual, o psicológica, o haber sido víctimas de un matrimonio forzado.
No cabe duda de que, a pesar de la intervención extranjera, Afganistán sigue siendo un país sin ley.

lunes, 18 de junio de 2012

Trenzas de lujo





El Paseo de Gracia de Barcelona está a punto de poner el cartel de completo. La práctica totalidad de las firmas de lujo están ya instaladas y, en breve, lo harán las pocas que faltan, como Prada.
El pasado 12 de junio se inauguró oficialmente la tienda de Bottega Veneta, la firma italiana que se identifica por sus bolsos de piel trenzada, un lujo artesano que no pasa de moda y es sinónimo de estilo.
La nueva tienda, abierta en el número 98 del paseo, junto a Vinçon y muy cerquita de la Pedrera ofrece una amplia selección de productos de Bottega Veneta, incluyendo ropa pret-à-porter femenina y masculina y, sobre todo, sus famosos bolsos y accesorios de marroquineria, zapatos, maletas, gafas, joyas y sus maravillosas fragancias.
La decoración de la boutique refleja el espíritu de Bottega Veneta por los cuatro costados. En este entorno destacan, sobre todo, los bolsos, con una amplia oferta de colorido, desde los clásicos negro y marrón, a los rosas, turquesas y rojos.
La firma Bottega Veneta nació en 1966 en la ciudad italiana de Vicenza (en la región del Veneto) y, con los años, ha ido creando un nuevo estandar de lujo, partiendo del trabajo de sus extraordinarios artesanos capaces de trenzar el cuero como nadie. El famoso “intrecciato” ha sido imitado por muchos, pero no puede ser igualado por nadie.
Así, a partir de sus artículos de piel, la firma ha ido creciendo a base de unas cualidades que son inmutables: artesania excepcional, diseño innovador, funcionalidad contemporanea y materiales de primera calidad. Bottega Veneta, al contrario que otras marcas de lujo, huye de los logos, su seña de identidad es la calidad y su firma siempre está en el interior de sus productos. Es un lujo para verdaderos entendidos, para personas que huyen de la ostentación.
Y, para que siga la tradición, Bottega Veneta ha abierto una escuela para enseñar y apoyar a las futuras generaciones de artesanos del cuero. Un ejemplo digno de ser imitado.


jueves, 14 de junio de 2012

El misterioso caso de Emanuela Orlandi






Si los poderosos Borgia, el Papa Alejandro VI y sus dos hijos, Cesar y Lucrecia, levantaran la cabeza y vieran lo que está sucediendo actualmente en el Vaticano, se moririan de envidia.
Medio milenio después de esas oscuras e incestuosas leyendas de poder, sexo, corrupción y crímenes que protagonizaron un ambicioso Papa español y sus dos vastagos, otros sucesos igual de misteriosos están haciendo temblar los viejos cimientos de Roma.

Se llamaba Emanuela Orlandi, tenia 15 años, el pelo largo y negro, era hija de un funcionario de la Santa Sede, y vivia dentro de las murallas del Estado más pequeño del mundo. Desapareció el 22 de junio de 1983 tras asistir a una clase de música en un conservatorio situado junto a la Iglesia de San Apollinare, en el centro de Roma.
Lo último que se supo de ella fue que llamó a casa para contar que alguien a bordo de un BMW le había hecho una extraña propuesta: vender cosméticos durante un desfile de moda.
Dias después, cuando empezo su búsqueda, se descubrió que el hombre del BMW no era nada más y nada menos que Enrico de Pedis, el jefe de la Banda de la Magliana, la asociación criminal más peligrosa de Roma entre los años 1976 y 1990. Pero, extrañamente, las autoridades vaticanas no siguieron esa pista en la investigación.
Una de las teorías que se barajaron entonces era que Emanuela Orlandi podría haber sido secuestrada por ese grupo mafioso para presionar al Vaticano, con el fin de que les restituyera el dinero que habían perdido con la quiebra del Banco Ambrosiano, donde habían invertido a través del IOR (Instituto para las Obras Religiosas, el Banco de la Santa Sede) que en aquella época estaba dirigido por el arzobispo Paul Marcinkus, “el banquero de Dios”, que también había llevado las riendas del citado Banco Ambrosiano, una institución que fue acusada de lavar dinero de la mafia siciliana.
Curiosamente Enrico de Pedis mantenía buenas relaciones con altas esferas del Vaticano. La prueba de ello es que cuando fue asesinado a balazos en 1990 fue enterrado en la Basílica se San Apollinaire con la bendición del cardenal Ugo Poletti, el entonces presidente de la Conferencia Episcopal Italiana.
Quizas nadie se habría enterado nunca de que un mafioso estaba sepultado junto a cardenales y arzobispos, sino hubiera sido porque en 2005 una llamada anónima al programa televisivo “Chi l’ha visto?” (la versión italiana de “Quien sabe donde?”) dijo que para resolver el caso de Emanuela Orlandi, la joven desaparecida en 1983, había que ver quien estaba enterrado en la cripta de San Apollinare. La tumba, sin embargo, no fue abierta.
Sin embargo, en 2008 el nombre del asesinado De Pedis surgió de nuevo. Su ex amante, la prostituta Sabrina Minardi, declaró ante las cámaras de televisión que fue el capo mafioso quien drogó y secuestró en el BMW a Emanuela Oralandi. Según ella, lo hizo para vengarse del arzobispo Paul Marcinkus por negarse a que la Banca Vaticana que dirigía le devolviese parte del dinero que su banda criminal había invertido en la logia masónica P2, una organización secreta ligada al Vaticano que durante el papado de Karol Wojtyla conspiraba para financiar a grupos anticomunistas, como el sindicato polaco Solidarnosk, de Lech Walesa.
Siete años de trámites burocráticos, pedidos y rechazos, justificaciones y reclamos fueron consumidos hasta que finalmente la fiscalia de Roma tuvo acceso al féretro. El papa Benedicto XVI, el pasado 14 de mayo, autorizó que se abriera la tumba de De Pedis para ver si allí reposaban también los restos de la joven desaparecida.  Solo se hallaron restos del mafioso, pero lo que si quedó al descubierto es como es posible que el jefe de una organización criminal lleve más de dos décadas enterrado junto a arzobispos y cardenales. Un escándalo al que tarde o temprano tendrá que dar respuesta la curia romana.
Además, por si todo esto no fuera suficiente, el padre Gabriel Amorth, el exorcista más famoso del mundo, quién participo en la investigación sobre la desaparición de Emanuela Orlandi en los primeros años de la busqueda, aseguró hace unos dias al diario británico Daily Telegraph que “Emanuela estuvo en la Ciudad del Vaticano durante todo el tiempo que estuvo desaparecida. Allí, un círculo de pederastas la convirtió en su esclava sexual y abusaron de ella en varias orgias, hasta que se cansaron  y la asesinaron”. “Se organizaban fiestas y uno de los gendarmes del Vaticano se encargaba de reclutar a las chicas. La red implicaba al personal diplomático de una embajada de la Santa Sede en el extranjero, y estoy convencido de que Emanuela fue víctima de este círculo”, remató para el diario La Stampa.
Personalmente creo que el Vaticano sabe mucho más de lo que calla sobre la desaparición de Emanuela Orlandi pero, como de costumbre, se negará a arrojar luz sobre la verdad e impondrá su habitual manto de silencio, que lo único que conseguirá es incrementar el morbo sobre el triste final de una chica que desapareció por haber tenido la desgracia de vivir  en el Estado más pequeño del mundo rodeada de los cuervos que revolotean sobre la cúpula de San Pedro.

lunes, 11 de junio de 2012

El niño de la bicicleta






Un tópico de los manuales de guión dice que la pregunta principal en cualquier buena película debería ser: ¿Qué quiere el protagonista?. Así, para que una historia atrape a a la audiencia, el personaje debe tener una meta y estar dispuesto a hacer lo que sea para alcanzarla. El problema es que esta teoría, a causa de su hegemonía en Hollywood, generalmente, se considera inadecuada en el universo del cine de autor.
Sin embargo, los cineastas belgas Jean Pierre y Luc Dardenne han conseguido algo notable: han recuperado de Hollywood la idea de la voluntad, revistiendola de una energía narrativa que la hace muy distinta de la trivial fuerza del deseo que motiva, con frecuencia, el cine comercial. Para los hermanos belgas la voluntad es algo que impulsa al mundo y es lo único que permite a sus personajes sobrevivir, incluso cuando parece que un universo demasiado hostil está dispuesto a acabar con ellos, hasta llevarlos a la redención personal.
Cyril, el joven protagonista de “El niño de la bicicleta”, protagonizado por el extraordinario actor de 13 años Thomas Doret, es un personaje prototípico del cine de los hermanos Dardenne. Un adolescente en una situación difícil que muestra una determinación a prueba de todo para conseguir su objetivo: reencontrarse con su padre que, tras haberle abandonado en un centro de acogida, ha desaparecido del mapa. Frente a un futuro que se presenta marcado por la inestabilidad social y emocional, la figura paterna representa para el chico lo único a lo que agarrarse para no caer en el pozo sin fondo de la desesperación. Hasta que en una de sus huidas del centro Cyril acaba encontrado, de manera casual y a través de un abrazo accidental, a una peluquera, Samantha, que acepta la responsabilidad de acogerlo los fines de semana.
Es cierto que lejos del espacio de protección que le ofrecen la peluqueria y sus alrededores, Cyril se verá acechado por una serie de peligos y será, incluso, traicionado “por el mundo respetable” pero, al final, triunfará el amor desinteresado.
“El niño de la bicicleta” representa, a primera vista, un retorno de los Dardenne a las constantes vitales de su cine, después del paréntesis urbano de "El silencio de Lorna". Sin embargo, la película es la más cálida, abierta y luminosa que han rodado los belgas hasta el momento.
Los paisajes también parecen diferentes. Aquí nos volvemos a encontrar a una Bélgica de provincias y suburbios obreros. Pero en este caso no se nos presenta en ese tono grisaceo de películas anteriores, sino bajo una tibia luz de verano que permite secuencias como las del paseo en bicicleta de Cyril y Samantha, un momento de felicidad y sensualidad insólitos en la trayectoria de los Dardenne.
Dentro de una apuesta por unas estructuras sociales concretas, “El niño de la bicicleta” reivindica un tipo de familia que ya no se sostiene, simplemente, por los lazos sanguineos, sino por los vínculos creados por el amor desinteresado y la asunción de una responsabilidad más allá de las convenciones.
Es, precisamente, aquí donde radica la belleza del personaje de Samantha. Desde ese abrazo forzado con que se funde con Cyril la primera vez que se encuentran ella toma una decisión vital que no necesita de motivaciones del inconsciente. Más allá del papel que deben jugar las instituciones, más allà de los roles que dicta la sociedad, más allá de los dictados de cualquier ideología, ella se mueve por los resortes de la verdadera compasión, la de sentir el mismo sufrimiento que el prójimo y la de asumir un compromiso individual ante el dolor ajeno.

jueves, 7 de junio de 2012

La cara oculta del lenguaje





Los seres humanos, a lo largo de los tiempos, hemos desarrollado complejos sistemas de comunicación hasta convertir a la Tierra en una especie de  cerebro planetario, un espacio inmenso de redes donde cada uno de nosotros es una neurona.
Pero, de todos los signos que colman el espacio comunicativo de nuestro planeta, los únicos que son propios de nuestra especie son los verbales. La facultad del lenguaje es humana y solo humana, y el lenguaje verbal constituye un sistema que nos permite intercambiar e interpretar gran cantidad de información, viajar a través del espacio y del tiempo, esconder, controlar y tergiversar  información, enmascararla y manipularla y, como consecuencia, crear mundos posibles, reales o ficticios.
Ahora bien, la importancia del lenguaje no representa, de ninguna manera, la extinción de otras formas de comunicación, de manera que los signos no verbales han acabado por ser el complemento ideal que acompaña, casi siempre, al lenguaje verbal.
Así, un leve arqueamiento de cejas, un casi imperceptible cabeceo, un guiño de ojos, la inflexión de la voz, el ritmo de la respiración, un sutil movimiento de labios, un beso, una sonrisa, un abrazo o un suspiro nos ofrecen el plus de información necesaria para acabar de convertir en exitoso un acto comunicativo.
La información contenida en los signos no verbales tiende a reflejar nuestro estado emocional, nuestra actitud ante los demás y ante la vida , nuestra educación y los rasgos más característicos de nuestra personalidad. Su función es tan importante  que, muy a menudo, la naturaleza hace que la información no verbal circule por debajo del umbral de la conciéncia.
Es cierto que durante décadas esta parte no verbal de la comunicación fue objeto de muy poca consideración por parte de los estudiosos, hasta el punto de  que llegó a ser considerada como la cara oculta de la comunicación.
Solo a mediados del siglo XX, en gran parte gracias al despliegue de las nuevas tecnologías generadoras de universos audiovisuales, como son el cine, la televisión, o la publicidad,  el lenguaje no verbal empezó a salir del armario, con lo que pudimos contemplar la irrupción de los cuerpos y del mundo no verbal en la mayoría de los ámbitos del conocimiento.
Es indudable que  las nuevas tecnologías de lo audiovisual han contribuido de manera decisiva a situar al lenguaje no verbal como un objeto informativo de primer orden, hasta el punto de situar esta tendéncia como el hecho sociológico más importante de los nuevos discursos de la modernidad.

martes, 5 de junio de 2012

Pequeña reflexión sobre la autoridad






En el mundo actual existe una crisis de autoridad a todos los niveles que, en parte, tiene su origen en  el abuso de autoridad que se dio en el mundo político, social y religioso durante el siglo pasado.
La familia patriarcal, los gobiernos totalitarios, los excesos de poder de la  iglesia o del mundo económico produjeron miedo y un descredito generalizado de todo lo que tuviera que ver con las instituciones y el poder. El autoritarismo destrozó la idea de autoridad y ahora hemos llegado al punto en que se han pervertido tanto las palabras que, ni siquiera, sabemos como utilizarlas.
De todas maneras, las quejas más insistentes sobre la falta de autoridad proceden del ámbito educativo, es decir, padres y escuela.
En las  esferas “prepolíticas”, como son  la educación y la instrucción de los niños,  la autoridad, en su sentido más amplio, siempre fue aceptada como una necesidad natural, y una necesidad política: la continuidad de una civilización constituida. No se podia educar sin autoridad.
Sin embargo, actualmente el tema de la autoridad se plantea en la escuela en relación con el problema de la indisciplina, de conductas  violentas y disruptivas en el aula y, en los últimos tiempos, de agresiones a los profesores.
Por todas partes se oyen voces pidiendo más autoridad, y es el propio alumnado quien reclama un profesorado próximo y con autoridad.
Pero, la recuperación de la utoridad no es tan fácil, y pasa por la clarificación del concepto. Podemos exigir al alumno dos comportamientos: la obediéncia o el respeto. Aunque ambas actitudes parezcan iguales, tienen mecanismos distintos. La obediéncia implica sumisión a las órdenes de quien tiene poder para darlas. El respeto, sin embargo, implica un reconocimiento de la dignidad, la capacidad o el valor intrínseco de la persona cuyas indicaciones se van a seguir.
En educación las normas pueden imponerse mediante poder y mediante autoridad.Y esta última puede ser institucional o personal.La autoridad institucional se recibe del estatus, la autoridad  personal se gana con el propio comportamiento.
Las instituciones reciben la autoridad de la sociedad que las valora y les da prestigio. En el caso de la escuela, la interacción con la sociedad es evidente. Las familias, la Administración, el sistema judicial, los medios de comunicación, la sociedad entera, debe fortalecer la autoridad del docente, aumentar su prestigio social y hacerle sentir que no está solo.
La escuela es una institución social básica, por lo que los profesores tienen que saber que esa autoridad que se les confiere debe ser revalidada con su comportamiento personal. Son ellos mismos quienes, conscientes de la importancia de su tarea y fortalecidos por la colaboración mutua, deben ganarse el respeto.
Cuando la autoridad institucional era muy poderosa el esfuerzo personal casi no era necesario, porque su estatus los protegía. Ahora es diferente. Y, lo mismo sucede con los padres, cuyo estatus ya no les protege, por lo que  muchos se sienten asustados, confusos o, incluso, desbordados, motivo que hace pensar que también necesitan ayuda para recuperar la autoridad institucional.
Reclamar el respeto no significa fomentar una juventud sumisa, sino al contrario. La sumisión se da ante el poder, no ante la autoridad, que recibe su energia de la convicción, de la honestidad y del cumplimiento de las propias obligaciones.
Es por este motivo, por el  que  el modo de conjugar poder, autoridad institucional y autoridad personal debe ser un tema de debate prioritario en nuestra sociedad, sometida continuamente a  enormes cambios culturales, en el que todos deberiamos participar.

sábado, 26 de mayo de 2012

En memoria de Falcone







"Yo no soy Robin Hood, ni un kamikaze, ni un misionero. Soy solo un servidor del Estado en tierra infiel”

                                                                          Giovanni Falcone, 1991

                                                                 


El pasado 23 de mayo se cumplieron 20 años del brutal atentado que acabo con la vida del gran Juez antimafia Giovanni Falcone.
Recuerdo bien ese día de la primavera de 1992. Me encontraba en Roma trabajando en la corresponsalía del Grupo Zeta y, al mismo tiempo, estaba empezando mi relación con el que posteriormente sería el padre de mi hijo. La casualidad del destino quiso que el fuera un periodista especializado en cuestiones de mafia y de narcotráfico que trabajaba mucho en Sicilia, por lo que el impacto que tuvo en el la muerte de Falcone fue tan grande que consiguió, a través de charlas interminables y confesiones nocturnas “off the record”, traspasarme toda su rabia e impotencia haciendo que dicho suceso se convirtiera para mi en algo que  forma  parte de la historia de  mi  propia vida.
Todavía recuerdo con claridad las imágenes del coche  blindado de Falcone saltando por los aires. Recuerdo los cuerpos sin vida de su mujer y de los tres agentes de su escolta. Recuerdo los funerales de Estado en Palermo a los que asistí como periodista, a las viudas de los jóvenes policías muertos, a las autoridades de la isla y a los políticos muy tensos y temerosos de ser apuntados por dedos acusadores de la gran tragedia que acaba de suceder.  Recuerdo el dolor y la indignación en un país que era muy consciente de que había perdido a un gran hombre y a un símbolo de la lucha contra la mafia.
Pero, Giovanni Falcone era un hombre “marcado” por Cosa Nostra ya desde los años 60, cuando después de ser elegido procurador sustituto de Trappani, empezó a recibir amenazas de muerte. En 1987 mandó a la cárcel a más de 300 mafiosos en lo que, posteriormente, se denominaría el “maxiproceso de Palermo”. Y en junio de 1989 se salvó por los pelos de un atentado mientras estaba de vacaciones en la playa siciliana de Villa Addaura, en la costa del Mediterráneo. Un año antes de su muerte, el juez publicó un libro, Cosas de la Cosa Nostra, en el que denunciaba los vínculos subterráneos entre políticos  y mafiosos.
El 23 de mayo de 1992 viajaba en su vehículo blindado cuando los 500 kilos de explosivos fueron detonados con un mando a distancia, en la autopista Palermo-Trappani,  a solo 20 kilómetros de la capital de Sicilia. Con el murieron su esposa  Francesca Morvillo, y los tres agentes de su escolta. Dos meses después, el 19 de julio de ese mismo año, volaba con 100 kilos de dinamita, su amigo y también Juez, Paolo Borsellino, junto con cinco policías de su escolta, cerca de su domicilio de Palermo. En el caso de Falcone, la carga explosiva fue tal, que saltó por los aires un tramo completo de autopista.
Los movimientos de Falcone no eran conocidos más que por 4 o 5 personas en todo el Estado italiano. Por eso, la sombra del complot, del chivatazo desde dentro del Estado, nunca ha abandonado a los atentados contra estos dos jueces.
El asesinato de los jueces Falcone y Borsellino provocó una conmoción social enorme en Italia. Se desarrollo la creación de La Dirección de Investigaciones Antimafia, una estructura estatal que coordina las actividades de policías y jueces. Ningún juez o policía se enfrenta ya solo a las investigaciones, sino que actúa respaldado por un órgano estatal que les ampara. No se trata de vencer, sino de poner las cosas difíciles a ciertas organizaciones que actúan, todavía, con total impunidad en determinadas zonas de Italia.
Hace unos años el juez Baltasar Garzón afirmó en una entrevista: “Desde siempre tuve a Falcone como un gran profesional y un modelo a seguir". Curiosamente su final judicial, no por menos violento que el del juez siciliano, no fue menos injusto.

sábado, 19 de mayo de 2012

Un lugar donde quedarse






Película extraña donde las haya, “This must be the place”, toma su nombre de una canción del mítico grupo Talking Heads, cuyo antiguo líder, David Byrne, es coautor de la banda sonora del film y aparece en una maravillosa escena musical, rodada de manera deslumbrante.
Cuatro años después de “Il Divo”, un mordaz y demoledor retrato del senador vitalicio Giulio Andreotti, el director italiano Paolo Sorrentino parce cambiar de ámbito.
Así, en “Un lugar donde quedarse” nos cuenta la historia de Cheyenne una antigua estrella del rock (interpretada por Sean Penn), que recuerda mucho a Robert Smith, el líder de The Cure, y que consumido por la heroína y los excesos de su etapa gloriosa se arrastra ante un presente vacío , insatisfactorio y, a veces, incomprensible llevando una vida de prejubilado en un maravilloso castillo de Dublín.
La muerte de su padre, con el que hacia treinta años que no se trataba, le lleva de vuelta a Nueva York donde, a través de sus diarios , reconstruye la vida de su padre en los últimos treinta años, en los que se dedico obsesivamente a buscar al criminal nazi que lo humilló en Auschwitz.
Sin capacidad alguna como investigador y contra toda lógica, Cheyenne decide continuar la tarea de su padre y emprende la búsqueda del nonagenario alemán a través de la América más profunda. De esta forma, lo que empieza siendo un drama sobre el vacío interior de este estrafalario personaje da un vuelco de 180 grados y se convierte en una auténtica road movie de autoafirmación personal.
Un viaje en el que el aspecto visual de las imágenes es absolutamente impecable, pero donde se cruzan situaciones asombrosas, personajes imposibles y diálogos absurdos en una película que salta sin pudor entre géneros, y cuyo mayor acierto son los elementos irónicos que adornan la base dramática del film.
Pese a todo, resulta sorprendente como del conjunto logra aflorar cierta atracción y cierto sentimiento de empatia con el personaje, sin lograr desprenderse de la confusión, el caos y lo absurdo que configuran todo ese descontrol narrativo y formal.
Tampoco parece que el director haya hecho ningún esfuerzo por acercar su obra al espectador, más bien todo lo contrario, diluyéndola y expandiéndola a través de tonos y secuencias que chocan por la perplejidad que brota de ellas.
En definitiva, es una cinta difícil de catalogar, pero se admira la valentía y el descaro con la que se ha abordado y, lo que es más importante, se deja ver y, al final, emociona.

lunes, 14 de mayo de 2012

EVA es mi nombre





EVA es mi nombre y  también el de la primera  película de Kike Maíllo. Un film innovador y valiente que se enfrenta a diversos retos, lo cual resulta digno de destacar tratándose de una opera prima.
En primer lugar, se trata de un film de ciencia ficción, un género que parecía maldito en nuestro país y cuya tradición en nuestra cinematografía es escasa y más bien banal.
A este respecto, Maíllo y su equipo (en buena medida surgido, como el propio director, de las aulas de la ESCAC) han sabido solventar parcialmente esos riesgos ofreciéndonos unos efectos especiales muy bien conseguidos y una imaginaria fantástica, compuesta de pequeños robots, paneles de control y ordenadores imposibles, muy bien medida. Aunque hay que decir que no se alcanza la misma eficacia en lo relativo a la ubicación más general del entorno llevado a un 2041 permanentemente nevado y con toques vintage.
Quizás ese anacronismo ambiental tenga una cierta lógica si entendemos el segundo reto que intenta afrontar Maíllo: conducir a EVA hacia un territorio que tampoco es ajeno al de la inteligencia artificial plasmada en el cine: la de la  reflexión sobre las fronteras entre las capacidades preformativas de los robots cibernéticos y sus límites emocionales.
Dentro de esa dinámica EVA camina lastrada por unos interpretes excesivamente estáticos e insuficientemente expresivos a causa de la simplista trama amorosa triangular que pretende estructurar el relato, y por el tono de frialdad por el que claramente ha optado Maíllo como destacado recurso estilístico.
Una vez visionado el film, queda la sensación de que de haberse desarrollado más la carga emocional que se quiere trasmitir al espectador la película hubiera sido absolutamente demoledora e infinitamente más emocionante.

miércoles, 9 de mayo de 2012

Adios a la reina






Las mujeres constituyen el eje principal del cine del francés Benoit Jacquot, aunque en su última película, “Adios a la reina”, esta característica adopta una forma más clásica que en su anterior film, “Villa Amalia”.
Al fin y al cabo, de lo que aquí se trata es de retratar, por enesima vez, la Revolución Francesa, pero no desde la óptica del incendiario pueblo, sino desde el bando opuesto, el de la inconfundible opuléncia de Versalles.
Así, Jacquot nos sirve en bandeja de plata una aproximación a la historia que le da mil vueltas al retrato acido y hasta rockero de Maria Antonieta que nos ofreció Sofia Coppola en el 2006.
Aquí, mediante la cándida mirada de una joven huerfana de padre y madre, que trabaja como lectora al servicio de la reina de Francia, interpretada magníficamente por  Lea Seydoux,  asistiremos al desplome de un mundo donde los pobres ejercen de siervos para poder comer, y donde el pánico se expande por la corte de los ricos tras la Toma de la Bastilla y el inició de la Revolución Francesa.
Además, Jacquot, muy inteligentemente, introduce en su relato una de las grandes habladurias de la época: el lesbianismo de Maria Antonieta y su relación con la condesa Gabrielle de Polignac. Tema este que  remarca insinuando el amor incondicional que la sirvienta y lectora  parece sentir hacia su ama, aunque dicha relación sea solo la excusa que utiliza para vagar por los pasillos de aquella maravillosa jaula en la que la mente humana podía desvincularse de cosas tan tontas como la realidad, convirtiendo a la persona en lo que son los personajes de esta cinta: fantasmas de lo que fueron.
Quizás el gran problema de la película sea el hecho de que cuesta comprender si la verdadera intención del director es narrrar las vivencias de Maria Antonieta en sus últimos dias en la corte o, por el contrario, prefiere explicarnos el contexto revolucionario.
Con todo este material es de lamentar que el cineasta parisino se de excesiva prisa en terminar una historia que, cuando aparecén los titulos de credito, parece quedar en el limbo.

lunes, 7 de mayo de 2012

Una pequeña joya






“Restless” es el sencillo  nombre de la última y  hermosa  película del gran Gus Van Sant.
Presentada en el último Festival de Cannes, quizás no obtuvo la acogida que está a la altura de su delicadeza  y originalidad. Para mi “Restless”es, sin lugar a dudas, una de las películas más logradas y complejas de Van Sant, aunque eso no signifique que sea su obra más misteriosa, ni la más difícil.
En ella, el cineasta de Portland, sin salir de su ciudad natal como en la mayoría de sus obras, nos cuenta la história de Enoch, un muchacho que, obsesionado por la muerte de sus padres a causa de  un accidente de coche, se dedica a ir de funeral en funeral, ya que a el le fue arrebatada la posibilidad de asistir al de sus progenitores al haber caido en coma a causa del mismo accidente. Es en uno de esos funerales donde se enamora de Anabel, una joven a la que solo le quedan unos meses de vida.
A partir de aquí, Van Sant nos describe su relación durante esos pocos meses como un alegato a favor de la bondad  a través del acompañamiento hacia la muerte.
El reto de autor consiste, precisamente, en  mantener un equilibrio tan frágil como el físico de los dos actores, Henry Hopper y Mia Wasikowska, los dos maravillosos. Un equilibrio etereo que se alimenta, por otra parte, de la trivialidad, del mal gusto y de la perversa facinación que puede implicar la cercania de la muerte. Así, todo el film descansa en este trauma y en su curación.¿No ha tenido tiempo de despedirse de sus padres?, ¿Tendrá tiempo de despedirse de la chica a la que conoce justo para verla partir y acompañarla? Al final ella muere, pero el es quien descansa en paz.
Sin embargo, lo que resulta más extraño en este film luminoso y otoñal es la presencia de Henry Hooper. En cada expresión, en cada mirada, su rostro amenaza con asumir los rasgos de su padre, Dennis.
Cuando los créditos finales concluyen y aparece la dedicatoria  a Dennis Hooper, una emoción profunda enluta el film, como si esta história de aparecidos contara con el prodigio de la aparición que representa la semejanza entre un padre y su hijo.

lunes, 30 de abril de 2012

Cine inclasificable





“ALPS” es la tercera película del griego Yorgos Lanthinos, director de la muy original “Canino” a través de la cual  nos descubrió la vitalidad que la cinematografía griega está experimentando en los últimos años y que le valió, incluso, una nominación a los Oscar.
Pero, aparte de compartir una estética minimalista y la descripción de un universo cerrado, y artificial, sometido a estrambóticas reglas de conducta, en “Canino” el director nos contaba la historia de una chica que intentaba escapar de un mundo ficticio, mientras que en “Alps” nos habla de un grupo de personas que desean vivir en un mundo de mentira.
Así, los Alpes son un grupo formado por cuatro individuos, una enfermera, un conductor de ambulancia, y una gimnasta y su entrenador, aparentemente integrados en la sociedad, cuyo supuesto objetivo es aliviar el duelo de personas que acaban de perder a un ser querido. Para ello ofrecen a los afectados una envenenada y poco ortodoxa terapia que consiste en hacerse pasar por los fallecidos, reproduciendo sus rutinas e imitando sus conductas hasta que superen el trance. Con esto, los Alpes, buscan no tanto un beneficio material como la afirmación de su propia identidad y una cura para sus propios trastornos afectivos, ya que todos ellos son víctimas del miedo, la soledad o la presión económica y social.
Un equipo A de los sentimientos que tiene como misión reemplazar la ausencia que dejan los seres queridos, intentando suplantarlos por momentos, en una Europa que ha perdido el norte y en la que el sur está en bancarrota.
En definitiva, un guión extraordinario, premiado en el último Festival de Venecia, una exhibición de un cineasta sumamente ambicioso, y una historia que no dejará indiferente a nadie porque dice demasiado y, peor aún, nos muestra lo que no queremos ver.

domingo, 29 de abril de 2012

Ruido




Muchas veces me pregunto si realmente estoy obsesionada con algo tan normal en la ciudad como es el ruido, aunque después de darle muchas vueltas al asunto he llegado a la conclusión de que, simplemente, lo que me pasa es que no quiero tener que convivir con el.
Hay gente que parece ser indemne a los a los motores de las motos, a las alarmas sonando a todas horas, a la música no deseada, al bullicio de las terrazas y plazas hasta altas horas de la madrugada, o al ruido ensordecedor de las máquinas, pero yo, desgraciadamente, no lo soy.
El problema es que nos ha tocado  vivir en una sociedad donde nos hemos acostumbrado tanto a producir y escuchar ruido, que ya resulta normal para nosotros.
Como consecuencia de la Revolución Industrial  los sonidos tecnológicos empezaron a desplazar a los sonidos humanos y naturales, así que la intensidad y los decibelios fueron aumentando paulatinamente hasta llegar a “la cloaca sonora de nuestro entorno contemporáneo”.
Sin ir demasiado lejos, en España, uno de los países más ruidosos de Europa, el problema endémico del ruido incrustado en las viviendas de vecinos con ganas de dormir no está lejos de resolverse, sino más bien al contrario, parece que va a ir a más.
La entrada en vigor de la Ley Antitabaco está suponiendo un “aluvión” de denuncias, ya que la prohibición de fumar en el interior de los bares, restaurantes y discotecas ha provocado que muchos locales opten por colocar terrazas en el exterior, en muchos casos sin permiso, para que sus clientes puedan fumar, cosa que genera jaleo en la calle durante toda la noche, y molestias importantes a los vecinos de los inmuebles cercanos. En juego está el derecho al descanso de unos, y el legítimo interés económico de otros.
Así, el ruido de las denuncias que están proliferando en muchos pueblos y ciudades de España se hace cada vez más ensordecedor y amenaza con reventar muchos cristales...

martes, 24 de abril de 2012

De elefantadas y otras fantasmadas reales





En estos tiempos de crisis, de recortes sociales, de descontento, de falta de oportunidades, en definitiva, de miedo, solo nos faltaba la elefantada de Su Majestad el Rey.
Así, la indignación suscitada por la “travesura” del Rey proviene, sobre todo, por la falta de solidaridad con su pueblo que este gesto demuestra.
Cuando en este país hemos llegado al 24% de paro, el 50% entre los jóvenes, cuando nuestra economía está a un paso de ser intervenida, cuando los españoles ya no confían ni en nada ni en nadie, nuestro Rey se divierte matando elefantes en África. Aunque parece que esto de las armas y la caza mayor no tiene nada de nuevo, sino que es una vieja pasión suya. Y si no que se lo pregunten a ese pobre oso de Vologda al que, en 2006, los anfitriones rusos drogaron con vodka y miel para que nuestro Rey pudiera matarlo a placer.
De hecho, si analizamos bien la cuestión va más allá de una mera equivocación, ya que en la crisis tan profunda  por la que estamos pasando la gente necesita agarrarse a algo, instituciones y personas con autoridad moral en la que puedan depositar su confianza, ya que los gobiernos, el parlamento y, sobre todo, los bancos, la han perdido.
Además, resulta que las monarquías son caras y las pagamos nosotros, por lo que su única razón de ser sería, precisamente, esa, la de tranquilizar y moderar en el mundo podrido de la política actual. Sino cumplen este requisito, son puro parasitismo social que debería incluirse en el paquete de recortes del gasto público. Es decir, si quieren ser reyes que lo sean, pero que no vivan como reyes.

viernes, 20 de abril de 2012

En memoria de Charles Dickens



Este año se celebra el bicentenario del nacimiento de Charles Dickens, uno de los grandes genios de la literatura mundial de todos los tiempos y uno de los escritores que más denunciaron, a través de su vida y de su  producción literaria, las injusticias de la época que le toco vivir. Es por este motivo,  por lo que ahora que se acerca un día tan señalado como Sant Jordi me parece  justo rendirle un pequeño homenaje.

Charles Huffan Dickens nació el 7 de febrero de 1812 en Porsmouth (Gran Bretaña). Obligado por su situación familiar, y siendo aún niño, tuvo que abandonar el colegio y ponerse a trabajar en una fabrica de betún en Londres y aunque la experiencia duró solo unos meses quedó grabada el interior del escritor toda su vida. Fue por esa época cuando descubrió el encanto de los libros y El Quijote y Robinson Crusoe se convirtieron en sus primeras y más queridas lecturas.
Años más tarde, Dickens consiguió un empleo como reportero en un periódico y fue allí donde descubrió que su verdadera vocación era escribir. A partir de ese momento empezó a redactar novelas por entregas, formato usual de la época, y con menos de 30 años ya se había convertido en un renombrado y solvente escritor.
A su primera novela Los documentos póstumos del club Pickwick le siguió Oliver Twist, publicada también por entregas,  y que lo catapultó a la fama no solo por su calidad literaria, sino también por la denuncia que se hace a través del libro de la precaria situación de los orfanatos de la época, de la delincuencia y la marginalidad en Londres, y del triste papel del sistema judicial en la época victoriana.
Tras el éxito de Oliwer Twist siguieron La vida y aventura de Nicholas Nickleby, y  La tienda de antigüedades.
En 1843 publicó un nuevo éxito editorial Canción de navidad, donde el escritor critica despiadadamente la prostitución, la mendicidad, el trato a los obreros como consecuencia de la revolución industrial, y el colonialismo británico en el mundo.
A Canción de Navidad le sucedieron dos de sus más excelsas obras Casa desolada y David Copperfield, que se convirtió rápidamente en  lo que hoy consideraríamos un “best seller” sin precedentes, y que muchos han considerado como una novela, en parte, autobiográfica donde Dickens pone de manifiesto todos los miedos de su infancia.
En 1854, tras una larga crisis personal, publicó la novela social Tiempos Difíciles y La pequeña Dorrit, y posteriormente, ya en plena madurez, Historia de dos ciudades, Grandes esperanzas y  Nuestro común amigo, donde el escritor nos ofrece lo mejor de sus temas literarios: la ironía, el humor, la profunda caracterización de sus personajes y diálogos, la agudeza de su crítica social, y el sentimiento trágico de la vida.
El 9 de junio de 1870 el dramaturgo inglés murió dejando sin acabar una novela policiaca, El misterio de Edwin Drood, de la que alguien de la época dijo que solo conoceremos el final cuando nos encontremos con Dickens en el cielo, y si el todavía lo recuerda.