jueves, 12 de abril de 2012

Capital de las "luxury victimes"





El poder adquisitivo de los chinos ha aumentado considerablemente en los últimos años y el número de millonarios en el “gigante asiático” crece y crece sin parar.
Si hace más de una década se decía que China se convertiría en el primer mercado mundial del lujo antes del 2020, a finales del 2011 ya se empezó a sugerir que ese evento tendría lugar antes del 2015.
Todo ello, aunque resulte paradójico, teniendo en cuenta que todo lo barato que existe en  este mundo se fabrica en China, es fruto de la avidez de consumir productos exclusivos de miles de adinerados habitantes de Shangai, una de las metrópolis más importantes de China, que se definen a si mismos como “luxury victimes”.
Nuevos ricos que tienen un promedio de dos cuentas bancarias, tres vehículos, cuatro relojes de marca, y suelen viajar al extranjero cinco veces al año.
Ellos son los que han contribuido a que en  Shangai se lleven a cabo en 18,3% de las ventas de productos de lujo que tienen lugar en China. Un porcentaje que se sustenta en la colosal presencia de marcas de lujo que se concentran en las calles y en los centros comerciales de la que fuera denominada la “Perla de Oriente”. De Dior a Chanel, de Prada a Jimmy Choo, de Armani a Vuitton o Celine, pasando por Hermes y Bulgari. Un abanico de las más prestigiosas firmas del mundo que esperan, literalmente, pegaditas unas a otras, a una clientela cada vez ávida de consumir productos exclusivos y lucir su poderío, no solo en China, sino también en las grandes avenidas de la vieja y castigada Europa, donde seguirán comprando, compulsivamente, los productos de la la gama más alta del “absolut luxury”. Vivir para ver.

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