miércoles, 12 de junio de 2013

Il Divo







raíz de la muerte del político italiano Giulio Andreotti, acaecida el pasado 6 de mayo a los 94 años de edad, volví a visionar “Il Divo”, el maravilloso biopic sobre su vida  escrito y dirigido por Paolo Sorrentino en 2008, una de las mejores películas de cine político que haya visto jamás.

Compleja argumentalmente y muy atractiva visualmente, la película aborda los hechos recientes y convulsos de la vida política y social de un país de primer orden como es Italia a, través de la mirada de una de las figuras políticas más influyentes de la segunda mitad del siglo xx.

Encarnado de forma soberbia por el actor Toni Servillo, Giulio Andreotti, jefe del gobierno italiano en hasta siete ocasiones y máximo exponente de la otrora todopoderosa Democracia Cristiana formo parte activa del parlamento italiano desde el año 1946 hasta que, a pesar de su cargo de Senador Vitalicio, su luz dejo de brillar en la década de los noventa al ser acusado de numerosos cargos de corrupción, de los que fue absuelto por falta de pruebas, quedando prescritas las causas pendientes. 

Así, Paolo Sorrentino trata la figura del calculador, inteligente, frío, enigmático, estratega e irreverente Giulio Andreotti como un irresistible cruce literario y cinéfilo entre el Ricardo III de William Shakespeare (por su deformidad física, Andreotti era jorobado) y el Nosferatu de Murnau (por es gesto rígido del rostro, del cuerpo y las manos que recuerdan directamente a la inolvidable composición expresionista del actor Max Schreck). Un panorama, humano e histórico, complejo de reflejar y que Sorrentino resuelve magistralmente acudiendo a la hipérbole, al esperpento, a lo grotesco y a lo sarcástico como si fuera un delirante carrusel dirigido por Fellini.

 La música y las canciones de la banda sonora van incluso más allá de sus cometidos actuando como un elemento que dota de mayor ritmo a una narración donde la música clásica de Vivaldi o la banda sonora compuesta por Teho Deardo se alternan con la vibración electrónica del dúo Cassius en "Toop Toop", la calidez de una balada de Bruno Martini, el pop de The Veils o el minimalismo ochentero de Trio en la canción “Da Da Da”.

Una Crítica feroz no sólo del político que durante 60 años llevo las riendas  de la política italiana más reaccionaria y comprometida con la Mafia , sino de todo un sistema parlamentario corrupto que nunca ha respetado ni a votantes, ni a compañeros de viaje.








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